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2025
nuestra historia
Alain Coumont aprendió la belleza de la panadería cuando era muy pequeño. Demasiado pequeño para llegar a la encimera, su tía Simone le acercaba una silla para que Alain se pusiera de pie y pudiera verla hacer la masa del pan. Los domingos, no sólo horneaban panes y buñuelos, sino también una docena de tartas. Su gusto por hornear la felicidad se remonta al legado de su pasado. Los padres de la madre de Alain tenían un restaurante cerca de Lieja (Bélgica), y su padre se formó como chef. Alain estudió incluso en la misma escuela de hostelería que su padre, en Namur (Bélgica). Siguió sus pasos hasta que llegó el momento de marcar su propio camino.
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Nuestras tartines
Una rebanada de pan... e innumerables variaciones.... Las rebanadas de nuestro pan artesano de 2 kg sirven de lienzo para una miríada de ingredientes de temporada. Se unen para formar nuestras tartinas, la versión belga del sándwich. Además del sándwich cerrado, la tartine es una versión abierta muy popular en Bélgica. Sencillas y elegantes a la vez, nuestras tartine aportan sabor a la mesa y deleitan el paladar. ¿Sabía que la palabra tartine procede etimológicamente del francés antiguo, diminutivo de tarte (tarta)? La palabra tartiner en francés significa literalmente «untar»; en nuestro caso: untar mantequilla, queso e ingredientes en una rebanada de pan de masa madre.
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ENCUENTROS ALREDEDOR DE NUESTRA MESA COMUNAL
Nuestra primera mesa comunal en la calle Dansaert de Bruselas se hizo con madera recuperada de los suelos de los trenes belgas que habían sido retirados del servicio. Aquellos sencillos tablones se convirtieron en una tradición. Hoy, esa misma madera tosca y recuperada sigue aportando confort rústico a nuestros restaurantes, y las mesas comunales se han convertido en nuestros centros de mesa. Creemos que la comunidad es lo que nutre, inspira y alimenta el alma. Nuestras mesas son lo bastante largas para que quepan todos y lo bastante estrechas para que todos puedan hablar; en ellas se reencuentran los amigos y se forjan nuevas amistades, relaciones y trayectorias profesionales en torno a la apreciación compartida de la deliciosa comida y la buena compañía. Para cada mesa nueva, la madera vieja se cepilla y lija hasta que queda completamente lisa, y la superficie sólo mejora después de años de que las manos de los invitados la toquen y los anfitriones la limpien.
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Chocolate caliente belga y calentadores de manos
Cuando nuestro fundador, Alain Coumont, era un niño en Bélgica, todos los miércoles por la tarde iba a casa de su «abuela», que le recibía con un tazón de chocolate caliente humeante. Alain lo envolvía con las manos, dejando que el calor penetrara en su cuerpo y ahuyentara el frío invernal. Como chef, llevó el recuerdo de ese calor a las mesas de Le Pain Quotidien. A día de hoy, unos simples cuencos siguen despertando recuerdos del deleite de un niño y siguen llevando el calor a nuestros amigos. Ya sea en forma de chocolate caliente o de té ecológico, recibirá la misma bienvenida con nuestros cuencos anchos y redondos. Tómelo en sus manos y siéntase a gusto.
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Nuestro pan único con solo 4 ingredientes
La panadería original de Le Pain Quotidien sólo servía cuatro tipos de pan redondo de un tamaño y una barra de dos kilos. Esta sencillez permitió a Alain concentrar todos sus esfuerzos y su I+D en la calidad. Se lanzó a la búsqueda de la máxima calidad del trigo, de los ingredientes, de la harina (molida a la piedra a un ritmo lento) y del proceso de panificación artesanal (largos periodos de fermentación en frío). A diferencia de la inmensa mayoría del pan industrial, todos los panes de masa madre emblemáticos de Le Pain Quotidien sólo contienen cuatro ingredientes sencillos: Harina - Agua - Sal - Tiempo. Sin levadura, sin aditivos, sin agentes.
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Nuestra historia
Le Pain Quotidien (que en francés significa «el pan de cada día») es un grupo panadero-restaurador fundado en Bruselas en 1990 por Alain Coumont. Como joven chef insatisfecho con la calidad del pan disponible en Bruselas, Coumont empezó a elaborar su propio pan de masa madre ecológica con sólo cuatro ingredientes: harina, agua, sal y tiempo. Le Pain Quotidien cuenta ahora con más de 210 panaderías en 19 países. Nuestra misión es crear conexiones significativas en un hogar lejos del hogar, con una cocina sencilla pero deliciosa, auténtica y local, elaborada en casa.
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Disfrute del sabor de vivir mejor
Todos queremos lo mejor de la vida. En Le Pain Quotidien creemos que se trata de encontrar el equilibrio comiendo bien, durmiendo bien y manteniéndose activo. Comer bien es mucho más que nutrición, se trata de comida sabrosa hecha con ingredientes de calidad y disfrutada con las personas que quieres. No importa lo ajetreada que sea la vida, o cuál sea la última tendencia gastronómica, en Le Pain Quotidien siempre encontrará una deliciosa variedad de opciones de «buena comida».
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Simplicidad según Alain
Alain Coumont nació en una familia de cocineros. Sus abuelos tenían un restaurante, su padre era chef y su tía Simone era una talentosa pâtissier que horneaba tartas todos los sábados para que toda la familia las devorara el domingo. A los 6 años, Alain empezó a leer los dos libros de cocina que había en la estantería de su casa. Aprendió a cocinar leyendo recetas y consejos de cocineros famosos. Sus primeras creaciones fueron mousse de chocolate, bollos de crema y eclairs. No sabía que...
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